Practicar estrategias de autocuido es un regalo que nos hacemos para trabajar nuestra capacidad de adaptación ante los procesos de nuestra vida.
La cotidianeidad muchas veces nos hace pensar que el autocuido es algo opcional, algo que podemos hacer ocasionalmente, en nuestro tiempo libre, si es que sobra tiempo.
Nos hemos acostumbrado a funcionar de forma que somos lo último en nuestra lista de prioridades, pero a como su propio nombre lo indica, el autocuidado son las tareas y hábitos que incluimos en las actividades de nuestro día a día para cuidarnos, darnos nuestro propio tiempo para asimilar lo que nos pasa o mejorar nuestra salud.
Trabajar nuestro cuerpo
Muchas personas creen que haciendo ejercicio se logra llegar a un estado óptimo de autocuido físico.
Sin embargo, ir al gimnasio o comer saludablemente es solo una parte del cuidado que debemos darle a nuestro cuerpo.
Dormir, hacer estiramientos, caminar y descansar también son pasos válidos y necesarios en el camino al autocuido.
Enfocarse en nuestro estado emocional
El bienestar emocional suele darse por sentado, como algo que puede repararse de un día para otro, cuando en realidad hay varios aspectos del estado emocional que se puede ir trabajando poco a poco para llegar a un bienestar general.
Aprender a manejar el estrés es un aspecto importante junto con la capacidad de auto-conexión o auto-empatía. Esta última consiste en identificar nuestros sentimientos, y las necesidades satisfechas o insatisfechas que esas emociones nos señalan.
Por otro lado practicar el perdón y la compasión nos permite cerrar ciclos dolorosos, algunos más difíciles que otros pero todos con una meta en común: servir de ancla para no poder salir de lo que nos ahoga.
Dedicarle tiempo a nuestro entorno
Algunas recomendaciones van desde establecer límites en redes sociales, hasta identificar redes de apoyo.
Asimismo, compartir contenido más empático en redes sociales, pedir ayuda cuando lo necesitamos, comunicar nuestros sentimientos de manera clara y evitar relaciones tóxicas son pasos necesarios para mejorar nuestro entorno.
Buscar tiempo para un encuentro espiritual
Aunque muchas personas consideran que la religión sirve de refugio o da esperanzas, un encuentro espiritual no necesariamente tiene que ser con la religión que profesamos o no profesamos.
Pasar tiempo a solas, visitar tus lugares sagrados, meditar y conectar con la naturaleza son algunas de las maneras en que podemos concertar un espacio donde alimentar nuestro espíritu.