El dispositivo intrauterino (DIU), también conocido popularmente como T de cobre, es uno de los métodos anticonceptivos más confiables que hay.
Preocupada por la campaña de desinformación de grupos religiosos, les comparto mi experiencia con el anticonceptivo DIU por ya casi 10 años, se los recomiendo si están en una relación estable y no tienen pensado procrear.
Siempre con protección
Para empezar recordá que ningún método anticonceptivo aparte del condón (no siempre) te protege contra las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), así que si estás pensando en esta opción para evitar quedar embarazada te recomendamos hacerlo solo si estás en una relación estable y ya te has hecho los exámenes pertinentes con tu pareja. Y aun así te sugerimos usar condón de todas maneras.
¿Cómo se inserta?
El DIU se coloca dentro de la matriz, mediante un tubo especial diseñado para ello. Se introduce al útero sostenida por un asa con los “brazos” cerrados.
Al tocar la base del útero, se retira el sostén y se dejan dos hilos de náilon asomándose por fuera de la cavidad uterina para cuando haya que retirar el dispositivo. También sirven para que te podás hacer el autoexamen y así revisés la correcta colocación de la T.
¿Duele?
Ponerse un DIU funciona «ahí nomás», podés tener relaciones sexuales en cuanto salís de la clínica si querés, pero quizás no sea muy agradable.
El proceso de insertarlo no es doloroso pero sí un poco molesto, aunque también el hecho de no saber qué pasará causa cierta incertidumbre. O pasa al revés, que te dio por ver todos los videos de Youtube y llegás predispuesta, entonces ahí sí va a ser imposible relajarte.
Lo mejor que podés hacer es entender que vas a sentir molestia por un momento, pero que luego de eso ya nadie te va a hacer cuentos al respecto.
Otros síntomas incluyen cólicos y sangrado leve el primer día, tal como si estuvieras al caer con la regla.
¿Cómo funciona?
Pueden pasar años hasta que realmente te des cuenta cómo es que esta pequeña T evita embarazos, a veces solo nos importa saber que sí funciona y ya está. Muchas personas incluso piensan que obstaculiza la entrada de espermatozoides o que hasta bloquea los ovarios por su forma similar.
Sin embargo, es mucho más sencillo que eso. Resulta que esta T está hecha de plástico flexible. La rama vertical está rodeada de un alambre de cobre, que impide el paso de espermatozoides por su efecto neutralizador sobre ellos, es decir actúa como un espermicida.
Es por eso que si bien podemos pasar hasta 10 años con un DIU, este anticonceptivo también funciona para situaciones específicas. Es mucho más eficaz que cualquier tipo de píldora anticonceptiva de emergencia (o “píldora del día después”), ya que reduce en más de un 99% el riesgo de embarazo.
El DIU es como un interruptor, una vez que lo encendés no tenés que preocuparte por quedar embarazada y si después estás lista para formar una familia podés ir donde tu ginecóloga/o a que te lo quite y estarás fértil de inmediato, sin necesidad de esperar efectos secundarios o cambios hormonales.
Antes y después del DIU
Luego de que te acostumbrás al DIU todo parece más fácil, sin tener una alarma en tu celular para recordar la pastilla o recordar la inyección mensual.
Sin embargo, una de las grandes diferencias que notarás en los años con el DIU es que los periodos pueden ser más largos y con más flujo, e incluso más dolorosos.
Otro gran cambio es cuando considerás cuánto has gastado en métodos anticonceptivos a lo largo de los años. La T de cobre tiene un precio fijo por un método que te dura una década y eso es algo digno de considerar entre los pro y contras de este anticonceptivo.
Las DIU con hormonas
Si ya te decidiste por la T de cobre, pero lo anterior te hizo dudar, siempre podés optar por un DIU con hormonas. Hay varias opciones y en general es lo mismo que el DIU normal, pero hay que cambiarlo cada 5 años, pues esa es la duración de su efecto hormonal que consiste en menos dolor, menos sangrado y hasta menos periodos.
Esta ha sido mi experiencia por casi 10 años con este método anticonceptivo. Lo elegí por que tengo una relación estable y no está en nuestros planes ser padres, al menos no en este momento. Te invito a visitar a tu ginecólogo y pedirle más información sin pena. Si no tenés uno, conversalo con tus amigas, probablemente alguna conozca algún médico especialista de confianza.