No se puede ignorar el tema de la violencia de género en el contexto nicaragüense, sobre todo en un mes que conmemora la lucha milenaria de las mujeres.
Queremos ampliar la perspectiva y tener una mejor comprensión sobre los ciclos de violencia, como una forma de respaldar sus ideales.
Cristel Montenegro, psicoantropóloga, profesora de biodanza, investigadora social y feminista, nos comparte su experiencia y conocimientos al respecto en esta entrevista.
Psicoantropología ¿por qué?
Desde muy joven Cristel cultivó un profundo intererés por el funcionamiento de su cuerpo, y la medicina parecía tener todas las respuestas.
Sin embargo, durante el trayecto sus dudas no hacían más que profundizarse y en medio de una crisis personal inició con sesiones de psicoterapia, que posteriormente fue la pauta para encontrar su pasión en la psicoatropología y la biodanza.
Yo quería encontrar preguntas a mis dudas y así en un futuro ayudar a otras personas con su proceso de sanación, entonces esta metodología [biodanza] me ayudó a sanar mucho y a llenarme de amor, a entender qué hacer con un mundo tan violento, a entender mi camino».
Para Cristel estudiar psicoantropología ha significado abrirse a diferentes perspectivas que explican cómo somos como culturas.
Entender las narrativas que hacen que la gente reaccione y aceptar las diferentes realidades en el mundo.
«Cuando hablamos de una transformación social no podemos basarnos solo en nuestra teoría de cómo funciona la sociedad, debemos integrar las distintas miradas, si no tomamos en cuenta esto nos tomará mucho tiempo tener un consenso al momento de tomar decisiones políticas, es ahí donde la psicoantropología actua».
La biodanza como terapia
La biodanza es una psicoterapia de acariciamiento que potencia la vitalidad, la creatividad, la afectividad, la sexualidad y la trascendencia.
A través de ella se pueden abordar desde problemáticas tan profundas como la violencia, la migración, traumas psicológicos hasta temas de autocuido.
Cristel por su parte se ha enfocado en la prevención de la violencia, la gestión emocional, la participación política y transformación de conflictos.
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Lo poderoso de la biodanza es que el conocimiento racional lo integra en el cuerpo, por ejemplo, Cristel comparte que para comprender las formas en que las mujeres viven hoy su sexualidad, requiere de que ellas indaguen cómo las mujeres de su familia vivieron su sexualidad en el pasado.
Sobre todo porque son historias que han recorrido sus cuerpos y el cuerpo tiene memoria; se trata de un proceso emocional, cognitivo y complejo.
Hay muchas las limitaciones en el abordaje metodológico de los problemas sociales, no es solo ir y dar un manual de derecho humanos, entonces aquí entra el potencial transformador de la biodanza, al inicio puede que no tenga sentido, pero cuando acompañás a las personas en su proceso, ese conocimiento que querés meter en la mente lo integrás en el cuerpo, con conocimiento sistémico, ecológico, orgánico».
Desde la experiencia de Cristel la ventaja de un proceso como este es que al integrar conocimientos con una metodología práctica es que transita por todo el cuerpo, y entonces permanece más en el tiempo y es menos probable de olvidar.
«La violencia es sistémica»
Decir que la violencia es sistémica se trata de integrar justo esas diferentes perspectivas y realidades que Cristel menciona.
Comprender que no se trata de un problema aislado y que intervienen factores como la religión, la política e incluso la economía.
El primer espacio político que tenés es tu cuerpo:
Revisá primero tu espacio íntimo, porque este es un reflejo del espejo más grande que tenemos que es el sistema-estado. Si hay desórdenes a nivel individual es porque hay desórdenes públicos».
Cristel explica la violencia hacia las mujeres como un matrimonio bien hecho desde que la colonia se casó con la religión y posteriormente con el capitalismo.
Estas son causas estructurales que no pueden obviarse porque todo el tiempo están trabajando para que ese imaginario de ser hombre y mujer se mantenga.
Quizá ahora se visibilice más el tema de la violencia, sin embargo hay que analizarla de forma más sistémica.
«La violencia inicia en el cuerpo así como la política. Las mujeres pasamos de ser cero nombradas a ser un show mediático de los medios de comunicación, el abordaje que se hace es profundamente amarillista, morboso, y ya está comprobado que no funciona y que mantiene a la gente casi que en una neurosis» expresa.
Un tema que debe ser prioridad
Cristel hace un llamado a los medio de comunicación de no tomar los femicidios como una oportunidad para incrementar la tracción en sus sitios, y a abordarlo de forma responsable y constructiva.
«Cada vez que hay un caso de femicidio creo que hay que entender la historia que está detrás sin juzgar, y un mal que tenemos las personas es que siempre juzgamos, tenemos un pensamiento dual súper marcado».
Y este actitud es algo que debe deconstruirse porque la historia tiene que verse desde todos sus ángulos.
Finalmente,
Para entender por qué los ciclos de violencia se repiten hay que comenzar por hablar, investigar la historia familiar que nos precede, gestionar espacios de sanación, porque los traumas se repiten cuando se silencian y desgraciadamente vivimos en una cultura de silencio».
Conocer tu historia
Cristel invita a otras mujeres a iniciar un proceso de introspección e investigación que les ayude a comprender por qué son como son.
También para preguntarse de dónde vienen, cuál es su historia familiar, porque ahí está su primera narrativa de lo que es ser mujer.
Asimismo, hay que cuestionarse cómo han vivido sus antecesoras se vuelve imperativo en la construcción de su autoconcepto y realidad.
Más aún cuando las mujeres tienen una historia impregnada de violencia que por mandato social han tenido que callar y vivir con la culpa y el miedo.
Para Cristel el silencio es un tipo de lealtad que debe y puede cambiarse abriendo más espacios de expresión, porque de lo contrario la violencia vendrá con más fuerza ya que se alimenta del mismo silencio.
«A las mujeres nos corresponde cuidarnos, no deberia de ser así pero en esta sociedad donde somos sujeto de blanco, tenemos que cuidarnos, escucharnos y creernos entre nosotras mismas… Debemos agradecer la historia de otras mujeres, darnos el chance de lograrlo por todas las que no pudieron».
Cristel planea abrir espacios de biodanza de mujeres para mujeres proximamente, ¡seguila en sus redes sociales para informarte!