La música resuena en las paredes una y otra vez hasta muy entrada la noche, el portón se abre y se cierra constantemente, es una dinámica constante que acaba hasta que el último alumno del Centro Cultural Batahola Norte se retire a sus hogares.
En el corazón del barrio que lleva el mismo nombre, en 1983 el Padre español Ángel Torrellas y la hermana estadounidense Margarita Navarro iniciaron a desarrollar el proyecto.
Debajo de un árbol el Padre celebraba la misa y luego se encargaba de visitar casa a casa a los miembros de la comunidad, hasta que un día tras cederle los padres dominicos el espacio, él y la hermana Navarro pensaron en hacer algo. Una casa prefabricada sería el primer rastro de lo que hoy es un amplio centro que promueve a grandes rasgos la cultura y la educación.
Mecanografía, costura y belleza fueron los primeros cursos que se impartieron, según relata Josefa Rodríguez, coordinadora del área artística del Centro Cultural Batahola Norte.
Las mismas mujeres que se capacitaban eran las docentes; voluntarias en su momento, con su apoyo se logró que poco a poco el centro creciera y se diversificara hasta establecerse hoy en día como una referencia en el arte, la música, la lectura y el aprendizaje.
Espacios que inspiran
Poco a poco se ha ido construyendo un templo del arte y aprendizaje, en la entrada, en el salón de eventos, “Nuevo Amanecer”, un enorme mural elaborado en 1987 por el colectivo internacional Boanerges Cerrato y que representa la nueva sociedad creada por la revolución, entre ellas se resalta el papel protagónico de las mujeres.
Jennifer Marshall, coordinadora del centro resaltó el uso de cada espacio y las actividades culturales que se realizan al cierre del semestre, son dos cortes culturales al año, donde cada curso muestra lo mejor de lo que aprendió.
El centro cuenta con espacios significativos, en ese inmenso sitio donde está el mural “Nuevo Amanecer” no solo se celebra la homilía dominical, los días de semana practican las distintas disciplinas, entre ellas el coro Ángel Torrellas, que nació junto al centro y cuyo objetivo principal es la difusión de la música con un lenguaje fácil para los distintos grupos sociales.
Tal ha sido el éxito del coro, que en 2009 fueron declarados embajadores culturales 35 de sus miembros. Ellos interpretaron en ruso y con gran soltura obras de grandes artistas como Verdi, Bizet, Borodin, en cuatro conciertos junto a la Orquesta Nacional de Nicaragua.
Otro de los espacios vitales del centro es la biblioteca que año con eso se convierte en la casa de preferencia de más de 2 mil usuarios que no cuentan con recursos suficientes para comprar sus libros. En el sitio además de la lectura se realizan talleres con distintas temáticas sociales, presentaciones de marionetas y círculos de estudio.
Coro, orquesta, danza, el repertorio cultural del centro es amplio y al alcance de todos, Marshall asegura que se han dispuesto de planes de becas, para que ningún niño, niña, adolescente o adulto se quede sin educación y sin desarrollar su amor por el arte.
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Escrito y fotografías por Jessie Ampié
Lo mejor del centro me encanta formar parte de esa gran familia en progreso de ver tanta cultura e informacion es un lugar muy tranquilo y emocionante a la vez Felicidades Centro Cultural Batahola Norte y seguimos siempre unidos para el desarrollo cultural 🙂